jueves, 5 de julio de 2007

MUSEO OCULTISMO


Pompeyo Audivert

Los museos guardan en un extraño escabeche metafísico las cosas que en otra época fueron parte del fragor de su tiempo histórico. Un sable, una taza, un teléfono, una mesa, un mapa, una carta, reposan altivos en sus bases a la espera de ser contemplados; son los restos que quedan, los que no se han descompuesto; recuerdan una época pasada que al fin en el museo puede descansar en paz a salvo de profanaciones.
Los museos son los pabellones donde la burguesía expone sus taxidermias, sus rastros embalsamados, sus conquistas, sus mitos.
Mediante la técnica del fetiche y la mecánica del vudú, el museo intenta atraparnos en sus redes donde no cazan ya las arañas.
El museo es una máquina mamotrética de designificación; su funcionamiento es muy simple: consiste en llevar unas partículas insignificantes al grado de signo de señalización de una época histórica. Se endiosa la partícula, se la vacía de su sentido histórico, se le asigna un carácter religioso y se la transforma en mito; esta operación se produce poniendo un objeto y un cartelito sobre una base, tarima o vitrina iluminada (nada más fácil). Taxidermia y taxinomia, embalsamamiento y clasificación. La noción de unidad histórica queda así fragmentada en una cuadrícula mitologizada y estéril.
El museo escamotea las relaciones históricas del presente con el pasado que ahora, como una naturaleza encerrada en un zoológico , puede verse sin ningún peligro de que nos ataque.
El museo aísla, desarticula, endiosa y petrifica el objeto y su carga histórica. El museo es un dique que intenta contener la fuerza histórica haciéndola pasar por muerta.
El teléfono blanco de 1940 pero no la clase social que los utilizaba para los mismos fines que hoy utiliza los celulares (Museo del Teléfono).
La espada de Roca pero no las orejas que cortó a los indios (Museo Histórico Nacional).
Los restos muy bien ordenados de un saqueo cultural (Museo de Antropología de México).
El Museo del Gaucho en el casco de una antigua estancia argentina.
Los museos de arte con sus curadores marchands que consagran lo domesticado y domestican lo sagrado.
Ya sea porque ocultan la sangre bajo la alfombra o porque malversan un concepto a favor de un procedimiento o un procedimiento a favor de un concepto (museos de ciencia y técnica), los museos siempre son más por lo que callan que por lo que dicen, y en ese sentido la propuesta Museos, de Vivi Tellas es sumamente interesante ya que el teatro actúa como revelador, no de la supuesta verdad del tema que el museo dice sostener, sino de su potencialidad histórica. Al restituir la sangre el teatro reactiva aquello que el museo intentaba llevar a su código morse de tumba. Como en el teatro brechtiano el tema museo es una máscara que no debe encarnar sino revelarse como tal y romperse para dejar ver sin “contemplaciones” la verdad que esconde.

Una propuesta
Misas museológicas: oficiar en los museos misas. El guía sacerdote llevando al público a llorar frente a una espada que mana sangre viva, posesiones, flagelos y exorcismos museológicos, intentos de resucitación de objetos muertos. La misa odontológica con su dios anestesia y su cristo torno o la misa de huesos fósiles del Museo de ciencias Naturales con sus santos saurios de antes de cristo y su dios vacante. La misa telefónica y su más allá entre los números.

Museo Mito - Museo Ocultismo - Museo Fetiche - Museo Misa - Museo vudú - Museo cementerio - Museo Morgue.

Museo soporte
Tomamos al museo como un campo de representación espacial temático doble.
1) Tema Museo: funcionalidad museo: sostener restos en un supuesto orden (cronológico, temático, valorativo).
2) Tema que el museo dice sostener (Historia, Ciencias Naturales, Odontología, etc.)
El concepto museo se sostiene en el espacio, el concepto Historia en los cuerpos (aunque el museo quiera disolverse y reemplazarlos por los objetos).
El sistema de bases es común a todos los museos. Si las paredes del museo desaparecieran y quedaran sólo las bases con sus objetos a la intemperie podríamos decir que el museo sigue allí. Este concepto de soporte es esencial para el museo y fue nuestro tema de trabajo.
Entre el objeto y el soporte, en ese lugar donde se pretende hacer surgir el mito burgués de la historia muerta, quisimos ponernos los actores como un soporte de carne que hiciera más dramática la “presencia histórica”.
El conjunto parecía una morgue, los objetos históricos estaban apoyados sobre vidrios que estaban apoyados sobre actores que estaban acostados sobre bases de distintos materiales (según dispuso Hugo Fortuny). Todos los objetos estaban iluminados por pequeñas linternitas que colgaban del techo.
Había un sistema muy complejo de recortes de fragmentos discursivos, a veces sólo se oían respiraciones, a veces los treinta y cinco actores gritaban nombres de indios muertos en la conquista del desierto, en otros momentos funcionaban como cartelito del objeto: “Pistola a chispa, perteneció al Capitán Benjamín Bedoya”, “Poncho Patrio”, etc.
Los fragmentos discursivos que decían los actores no estaban relacionados con los objetos ni entre sí; eran declaraciones de guerra, órdenes de fusilamiento, cartas de todo tipo, listas de muertos, coplas, canciones, reglas sociales, descripciones, registros, chistes...
Era muy dramática la aparición en el museo de los cuerpos debajo de los objetos, de los cuerpos como soporte.
El objeto se volvía entonces secundario aunque no dejaba de ser el centro de la escena, el lugar desde el cual también se desprendía el cuerpo del actor.
Los actores trabajaban sobre la idea de estar siendo aprisionados por una prensa (formada por la base y el objetos) destinada a extirparlos.

(Publicado en Funámbulos, a.4, n.15 Junio/Julio, 2001, pp.18-19)

1 comentario:

MatíasJuliánHidalgo dijo...

Ahora me explico vacios cuando me encuentro frente a una obra, tratando de captar significados que el artista plasma y realmente a veces no siento mas que una puesta en escena de algo que no puede terminar de ser libre , donde el discurso se atasca por esa ornamentación como vos decís burguesa que son los museos.
Me quedan dudas de donde deben posar nuestras creaciones, pensamientos, hallazgos..
Saludos, muy buen post